domingo, 16 de agosto de 2009

Literato

Anoche se me apareció en sueños, sentí como si fuese la última vez que lo veía.
Aquel viejo y joven a la vez, un revolucionario de mi pensamiento.
Un antiguo viajero en el infinito camino de las palabras.
Un hombre de blancos cabellos, de poca estatura y cuerpo ancho, de corazón cálido y silencioso.
De amplia mente y pequeños ojos borrosos que esconden mil y una novelas.
Su mensaje fue tan preciso que llegó a conmoverme las entrañas.
Y ahí descansé perpleja, afirmada en su amplio pecho de papel...

sólo espero tener la fuerza antes de que el implacable reloj me lo arranque de la cabeza.