sábado, 6 de octubre de 2007

Uno Tras Otros


A veces me percato de nuestra forma tan trivial de vivir la vida. Todo tiene un orden determinado, una pauta a seguir y que sirve para que otros nos evalúen y juzguen. Nos econtramos en un constante asedio por parte de los demás, hasta lo más propio (si es que realmente nos perteneciese) nos es arrebatado.

Es como si la mayoría del tiempo (para algunas personas, para otras es en su totalidad) viviésemos dentro de una burbuja triste y vacía. Nuestro actuar y pensar se ven totalmente envueltos por este estado de letargo, en donde evitamos toda dificultad e intensidad al hacer las cosas... ¿Por qué sucederá esto? ¿Es que acaso nos da miedo poner un pie fuera de esta burbuja? Esto resulta ridículo, pues somos cualquier cosa menos estabilidad. Tenemos miedo de caer, hasta de tropezarnos... intentamos protegernos detrás de un escudo inconsistente, pero que causa verdaderos estragos.

Vivimos llenos de miedos, de pesares absurdos, de temores injustificados, amargados, atrapados y tristes. Odiamos nuestros cuerpos, los modificamos, los mutilamos y deformamos, todo en función de una imagen de "perfección". Vivimos sin aceptarnos, muchas veces sin hacer ni decir lo que creemos correcto por miedo, tratando de aparentar, de ser para otros y no para nosotros.


A veces me sucede que estoy haciendo cualquier cosa, y derrepente siento un despertar, algo que me remece desde adentro. Es entonces donde me percato de que la forma en que estoy haciendo las cosas es inútil e intrascendente, entonces trato de hacerlas correctamente. Trato de que ese "te quiero" venga desde mi interior, que suene verdadero, lo digo mirando a los ojos de la otra persona, sintiéndolo.

Creo que es mejor haber vivido algunos momentos de la vida con la verdadera intesidad pertinente, a haber pasado toda la vida en aquel sopor y no haber pensado jamás esto.


Tantos momentos de dolor inexistente, tantos momentos de amor ignorados, tantas oportunidades perdidas, tanto (auto)engaño, tantas utopías destruídas por tomar el camino más fácil... todo por escondernos aquí dentro.


...


Esperar, nunca entender,
que somos muchos varios,
ejecutando el mismo plan.



5 comentarios:

Anónimo dijo...

Altos y bajos.
Desde hace un tiempo he pensado que es el inconformismo del ser humano el que nos lleva a cometer muchos de los errores de los cuales nos arrepentimos.
Nunca aceptamos una estabilidad, somos seres superficiales y enfermantemente suspicaces.
Tememos caer, tememos sufrir sin comprender que esos tropiezos realmente son inevitables y parte importante de "procesos", quizás eso suene muy trivial como dices tu, pero hay vivencias y vivencias, ámbitos y ámbitos, vidas y vidas o por último burbujas y burbujas.

Saludos eterna viajante, éxito ;)

francisco ángeles dijo...

"esperar, no entender". Muy bien, de eso se trata.

jota pé* dijo...

bueno, yo pienso q esa parte de sentirse 'defectuoso' o incomprendido, o ese estado de agonía del ser humano hay q admitirla, sólo así podremos ser felices... yo pienso q el ser humano = esta fallao de naturaleza, pero eso es lo bonito, q no es perfecto, y en la imperfeccion esta la belleza... vivir en el exito es una mentira, y en el total fracaso también... yo creo en un equilibrio del alma...

bueno caro
la pasba a saludar
q wena la antiweb no la habia caxao

cuidese muxo
aius ;)

Bárbara dijo...

Lo bueno es percatarse de la trivialidad de los actos, pues significa que aún queda un resto de conciencia que no a sido consumida por lo sin importancia.
Lo bueno es darse cuenta y retomar el camino.
Nunca es tarde si uno se alcanza a dar cuenta.


Besitos!

pescador dijo...

saludos y tirar pa' arriba
saludos