Amélie

Ayer tuve la oportunidad, más bien dicho, la suerte de al fin poder ver una película que hace mucho tiempo quería ver. Le fabuleux destin d'Amélie Poulain (el fabuloso destino de Amélie Poulain) es mucho más que una película... supera las expectativas de cualquiera.

Amélie Poulain, una joven que ha vivido toda su infancia aislada de resto de sus pares a causa de una supuesta disfunción cardíaca, vive su vida de una forma muy distinta a las demás personas. Ella no ve las cosas como los otros lo hacen: se desenvuelve en un mundo totalmente lúdico e infantil, en un vuelo constante de su imaginación. Podemos ver que cada una de las personas que rodean a Amélie está fuertemente afectada, ya sea por una obsesión, por alguna enfermedad, por la reminiscencia de un hecho del pasado, por un odio que canalizan hacia otras personas. Es por esta razón que Amélie decide intentar arreglar la vida de las personas, sin que éstas se den cuenta. En el camino conoce a un extraño personaje, Nino, y se enamora de él.

Esta película nos invita a viajar hasta lo más profundo de nuestro ser, allí donde toda nuestra dulzura y nuestro deseo de ser niños se esconde. Nos incita a disfrutar los pequeños detalles de la vida, que pueden hacernos tan feliz como cualquiero otra cosa, solo que no les prestamos la atención que se merecen. Nos lleva a no perder el tono lúdico en nuestras vidas, a conservar nuestros tesoros, a disfrutar realmente y no dejarnos alcanzar por el amenazante sistema que parece dominar nuestras vidas. Nos recuerda aquel amor tan puro que podemos llegar a sentir por los otros, y que resulta tan mágico.

Las enseñanzas que Amélie nos entrega son, sin duda, un tesoro que debemos guardarnos y tener presentes a cada momento.

"En mi casa he reunido juguetes pequeños y grandes, sin los cuales no podría vivir. El niño que no juega no es niño, pero el hombre que no juega perdió para siempre al niño que vivía en él y que le hará mucha falta." Pablo Neruda